lunes, 11 de marzo de 2013

El viejo y canalla Paralelo renace de sus cenizas

“La calle que nunca duerme” solían llamarla. La exposición “El Paral·lel 1894-1939” retrata cómo y por qué surge una nueva área de espectáculos en la ciudad de Barcelona y todo lo que acontece en ella durante más de 40 años. Por todos los recovecos del espacio del CCCB cedido y dedicado a la ocasión, se percibe ese aire teatral y cultural tan característico de la antigua avenida Paralelo, que con ímpetu intenta recuperarse en la actualidad, aunque cuesta.

El Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona nos deja respirar un poco de esta aura broadwaydense genuina y única en Europa, como era El Paralelo a principios del siglo pasado. Su magnitud y singularidad de seguro que no escapan a nadie.

Si por algo destaca esta muestra es por el abundante despliegue de recursos expositivos que posee del antiguo Paralelo. Con un montaje escenográfico diseñado por Emiliana Design Studio, la exposición muestra fotografías, materiales audiovisuales, documentos sonoros recuperados, libros, folletos, revistas, carteles teatrales, programas, attrezzo, vestuario… entre otras tantas viejas reliquias “paralelas”.

Collage de diferentes fotografías de actrices del Paralelo
plasmado en una pared de la exposición / ParaleloAccion

En concreto las artes plásticas son el punto fuerte de la exposición. En “El Paral·lel 1894-1939”, el visitante podrá dejar llevar su imaginación y retratar un Paralelo mental a través de la exhibición de las primeras pinturas que se hicieron retratando al Paralelo, de la mano de artistas como Isidre Nonell, Ricard Opisso, o el mismísimo Pablo Picasso.

La frontera maldita de Barcelona. Así era considerado el Paralelo. La exposición presenta al “Montmartre barcelonés” como un juego de espejos entre realidades paralelas. Era un territorio de otredad y decadencia. Gitanos, actores y prostitutas eran los reyes de la calle. La muestra  plasma este lugar maldito y morboso que atraía a los curiosos burgueses catalanes y que hizo de la zona un auténtico edén del placer y la comedia. Además de mostrar estas “realidades paralelas” que se sucedían por los diferentes locales de la Avenida: como el cuplé, donde las prostitutas se convertían en actrices sentimentales; los burdeles, lugares tan concurridos por los maridos infieles de la época; el vodevil; el drama social,  como melodrama y realismo teatral político; el teatro de revista, de denuncia y sátira; o la realidad más caótica: el anarquismo y el pistolerismo. Rancio, barroco y retorcido, así era el Paralelo.

Asimismo, la exposición también explica cómo se configuraron las nuevas modalidades de expresión escénica que se crearon en el Paralelo a partir de dos elementos fundamentales: la representación de las formas de vida del Distrito V, las transformaciones sociales y sus nuevos códigos de valores, la penetración de géneros escénicos populares foráneos y su «nacionalización» a partir de la demanda del nuevo público. El Paralelo llega a convertirse en la manifestación más clara de un profundo cambio en la percepción social del sexo, lo cual se ve mostrado en la exposición a través de las numerosas postales con escenas subidas de tono y carteles que invitaban al goce y disfrute de las “madammes” del Paralelo.

Por otra parte, la exposición también consta de numerosos documentos escritos. Hallazgos textuales. Estos retratan la “Barcelona sucia” de principios de siglo, y las “malas costumbres” que solían plasmarse en la faceta más macabra de un Paralelo creciente de principios del siglo XX. Diferentes documentos periodísticos, libros, citas plasmadas en las paredes de la muestra, y otras referencias escritas sobre la época, retratan los mendigos, la muerte, los ladrones, los concurridos bares y cafés, y las ferias callejeras del Paralelo. Un auténtico burdel. Otros documentos, como guías, destacan la parte del turismo canalla del Paralelo, con numerosas referencias a espectáculos eróticos y pornográficos que se llevaban a cabo en “los bajos fondos” de Barcelona.

Ilustración de la exposición que retrata un callejón del
Paralelo iluminado en una noche de ocio / ParaleloAccion

Curiosidades a montón. Se pueden encontrar en esta muestra ejemplos de diccionarioscalò-català” que hacen referencia al catalán hablado por el colectivo gitano de la época (tan abundante en el Paralelo), y la traducción de estos términos al catalán actual: “Jambus” son los jóvenes presumidos de los barrios bajos, así como “apretu” que significa prostituta. Todo relacionado con la esfera sexual que imperaba en el Paralelo, como no. Pero ahí no queda la cosa. En la exposición, también se puede presenciar una cartilla de meretriz: las cartillas que las prostitutas debían completar y entregar en las oficinas de Sanidad del Ayuntamiento para poder trabajar. El Paralelo tenía que ser: charnego, gandul y vago.

Parte del diccionario calò-català plasmado en una pared de
la muestra / ParaleloAccion

Un auténtico termómetro social y político. Durante la época de la Primera Guerra Mundial, hubo una gran movida en la Avenida Paralelo. Como decía una frase muy de moda en la época: “A la guerra, el Paralelo agradecido”. Y es cierto, puesto que durante el conflicto armado, se percibió un gran crecimiento en la oferta de espectáculos y de clientes en los bares. La cocaína y los juegos de azar dominaban la escena. En la muestra se exponen diferentes revistas y periódicos que dedicaron informes extensos a la cocaína como la droga de moda que rasgaba todas las clases sociales, y que en el Paralelo se vendía como caramelos. Pero llega el caos. La influencia de la violencia política y los drásticos cambios de gobierno afectaron al ambiente de la zona. La muestra “El Paral·lel 1894-1939” retrata con hincapié y a la perfección, con imágenes y pequeños cortos, el pistolerismo y anarquismo que se vivió en la zona hacia el 1930, así como los constantes conflictos con la Patronal y el socialismo más reivindicativo.

Cuna de vicios e Imperio de meretrices. El Paralelo más canalla queda enterrado en la actualidad y se levanta un Paralelo con nuevas expectativas y un futuro prometedor, pero a pasos de tortuga. Aun así, nunca está de más recordar cómo comenzó todo, y la exposición “El Paral·lel 1894-1939” es, sin duda, un paso directo al Paraíso macarra ya sepultado del viejo Paralelo del siglo pasado.


Iris Vieiros

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