“La calle que nunca duerme” solían llamarla. La exposición “El Paral·lel 1894-1939” retrata cómo y por qué surge una nueva área de espectáculos en la ciudad de Barcelona y todo lo que acontece en ella durante más de 40 años. Por todos los recovecos del espacio del CCCB cedido y dedicado a la ocasión, se percibe ese aire teatral y cultural tan característico de la antigua avenida Paralelo, que con ímpetu intenta recuperarse en la actualidad, aunque cuesta.
El Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona nos deja respirar un poco
de esta aura broadwaydense genuina y
única en Europa, como era El Paralelo a principios del siglo pasado. Su
magnitud y singularidad de seguro que no escapan a nadie.
Si por algo destaca esta muestra es por el abundante despliegue de recursos
expositivos que posee del antiguo Paralelo. Con un montaje escenográfico diseñado
por Emiliana Design Studio, la exposición muestra fotografías, materiales
audiovisuales, documentos sonoros recuperados, libros, folletos, revistas,
carteles teatrales, programas, attrezzo, vestuario… entre otras tantas viejas
reliquias “paralelas”.
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Collage de diferentes fotografías de actrices del Paralelo plasmado en una pared de la exposición / ParaleloAccion |
En concreto las artes plásticas son el punto fuerte de la exposición. En “El
Paral·lel 1894-1939”, el visitante podrá dejar llevar su imaginación y retratar
un Paralelo mental a través de la exhibición de las primeras pinturas que se
hicieron retratando al Paralelo, de la mano de artistas como Isidre Nonell,
Ricard Opisso, o el mismísimo Pablo Picasso.
La frontera maldita de Barcelona. Así era considerado el Paralelo. La
exposición presenta al “Montmartre barcelonés” como un juego de espejos entre
realidades paralelas. Era un territorio de otredad y decadencia. Gitanos,
actores y prostitutas eran los reyes de la calle. La muestra plasma este lugar maldito y morboso que
atraía a los curiosos burgueses catalanes y que hizo de la zona un auténtico
edén del placer y la comedia. Además de mostrar estas “realidades paralelas”
que se sucedían por los diferentes locales de la Avenida: como el cuplé, donde
las prostitutas se convertían en actrices sentimentales; los burdeles, lugares
tan concurridos por los maridos infieles de la época; el vodevil; el drama
social, como melodrama y realismo
teatral político; el teatro de revista, de denuncia y sátira; o la realidad más
caótica: el anarquismo y el pistolerismo. Rancio, barroco y retorcido, así era
el Paralelo.
Asimismo, la exposición también explica cómo se configuraron las nuevas
modalidades de expresión escénica que se crearon en el Paralelo a partir de dos
elementos fundamentales: la representación de las formas de vida del Distrito
V, las transformaciones sociales y sus nuevos códigos de valores, la
penetración de géneros escénicos populares foráneos y su «nacionalización» a
partir de la demanda del nuevo público. El Paralelo llega a convertirse en la
manifestación más clara de un profundo cambio en la percepción social del sexo,
lo cual se ve mostrado en la exposición a través de las numerosas postales con
escenas subidas de tono y carteles que invitaban al goce y disfrute de las “madammes”
del Paralelo.
Por otra parte, la exposición también consta de numerosos documentos
escritos. Hallazgos textuales. Estos retratan la “Barcelona sucia” de
principios de siglo, y las “malas costumbres” que solían plasmarse en la faceta
más macabra de un Paralelo creciente de principios del siglo XX. Diferentes
documentos periodísticos, libros, citas plasmadas en las paredes de la muestra,
y otras referencias escritas sobre la época, retratan los mendigos, la muerte,
los ladrones, los concurridos bares y cafés, y las ferias callejeras del
Paralelo. Un auténtico burdel. Otros documentos, como guías, destacan la parte
del turismo canalla del Paralelo, con numerosas referencias a espectáculos
eróticos y pornográficos que se llevaban a cabo en “los bajos fondos” de
Barcelona.
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Ilustración de la exposición que retrata un callejón del Paralelo iluminado en una noche de ocio / ParaleloAccion |
Curiosidades a montón. Se pueden encontrar en esta muestra ejemplos de diccionarios “calò-català” que hacen referencia al catalán hablado por el colectivo gitano de la época (tan abundante en el Paralelo), y la traducción de estos términos al catalán actual: “Jambus” son los jóvenes presumidos de los barrios bajos, así como “apretu” que significa prostituta. Todo relacionado con la esfera sexual que imperaba en el Paralelo, como no. Pero ahí no queda la cosa. En la exposición, también se puede presenciar una cartilla de meretriz: las cartillas que las prostitutas debían completar y entregar en las oficinas de Sanidad del Ayuntamiento para poder trabajar. El Paralelo tenía que ser: charnego, gandul y vago.
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Parte del diccionario calò-català plasmado en una pared de la muestra / ParaleloAccion |
Un auténtico termómetro social y político. Durante la época de la Primera
Guerra Mundial, hubo una gran movida en la Avenida Paralelo. Como decía una
frase muy de moda en la época: “A la guerra, el Paralelo agradecido”. Y es
cierto, puesto que durante el conflicto armado, se percibió un gran crecimiento
en la oferta de espectáculos y de clientes en los bares. La cocaína y los
juegos de azar dominaban la escena. En la muestra se exponen diferentes revistas
y periódicos que dedicaron informes extensos a la cocaína como la droga de moda
que rasgaba todas las clases sociales, y que en el Paralelo se vendía como
caramelos. Pero llega el caos. La influencia de la violencia política y los
drásticos cambios de gobierno afectaron al ambiente de la zona. La muestra “El
Paral·lel 1894-1939” retrata con hincapié y a la perfección, con imágenes y
pequeños cortos, el pistolerismo y anarquismo que se vivió en la zona hacia el
1930, así como los constantes conflictos con la Patronal y el socialismo más
reivindicativo.
Cuna de vicios e Imperio de meretrices. El Paralelo más canalla queda
enterrado en la actualidad y se levanta un Paralelo con nuevas expectativas y
un futuro prometedor, pero a pasos de tortuga. Aun así, nunca está de más
recordar cómo comenzó todo, y la exposición “El Paral·lel 1894-1939” es, sin
duda, un paso directo al Paraíso macarra ya sepultado del viejo Paralelo del
siglo pasado.
Iris Vieiros
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